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Algunos narcisos silvestres


El género Narcissus engloba a un grupo de plantas bulbosas pertenecientes a las familia de las Amaryllidaceae. Lo que dota de peculiaridad a los narcisos es la forma de su flor, provista de una corona tubular que nace del centro de los tépalos. Las hojas son lineares y nacen de la base del bulbo. La corona puede tener forma de tubo, copa o cono. El color de la flor varía de blanco a amarillo, anaranjado o rojizo, lo más común en la zona norte son los de color amarillo. Las flores son hermafroditas (tienen estambres y estilos y ovario) que son polinizadas principalmente por insectos
Destacan por su floración temprana indicando el comienzo de la primavera, huyendo de las épocas de calor, manteniendo así su flor durante más tiempo.

Por su gran belleza se han ido seleccionando como planta ornamental. Nosotros vamos a comentar los que observamos en su ecosistema natural. En esta entrada vamos a describir algunos de los narcisos que viven en praderías de montaña y riberas de ríos en el norte de la Península Ibérica.

Narcissus pseudonarcisus

Narcissus pseudonarcisus  
Florece de febrero a junio. La flor puede medir de 30 a 72 mm de largo.  
La imagen es de la Montaña Palentina en la zona de Brañosera en el mes de abril, donde existe una gran densidad de ellos en pastizales de montaña en zonas soleadas.
La subespecie pseudonarcisus  tiene los tépalos de color blanquecino a amarillo medio, la corona amarillo dorado.





Narcissus pseudonarcisus  subsp. pseudonarcisus  observado en la ribera del río Nora (Asturias) floreciendo en febrero.


Narcissus bulbocodium

Narcissus bulbocodium
La floración se produce de enero a junio. Las hojas son semicilíndricas. 
Los hemos visto en prados soleados en el mes de abril, las imágenes son en la montaña Palentina.
Existen variaciones en distintas áreas de la Península con características peculiares, aunque en las zonas de transición las diferencias se difuminen.  la subespecie bulbocodium tiene un  amarillo intenso dorado (como el de la imagen)
Los estambres están incluidos en la corona o ligeramente exertos.  




 Prado repleto de Narcissus bulbocodium en el mes de abril.


Narcissus minor

Narcisus minor 
Esta especie es la más pequeña de las comentadas anteriormente. La longitud de la flor oscila entre 11 y 38 mm.
Crece de forma más solitaria que los anteriores. Lo hemos observado en zonas de alta montaña (la imagen es del Puerto de San Glorio) y dentro de robledales brotando entre la hojarasca. 
Su coloración es amarillo intenso. 
Existen dos subespecies, aunque presentan caracteres intermedios mezclados en la zona norte de la Península:
subsp. minor y subsp. asturianensis distinguibles solo midiendo longitudes del tubo y el pedicelo de la flor.

Narcisus minor  brotando en el sotobosque de un robledal de Quercus petraea

Narcissus triandrus

Narcissus triandrus
Las flores péndulas nos sirven como característica distintiva. En este caso la subespecie triandrus tiene las flores blancas o amarillo pálido y las hojas semicilíndricas y habita en toda la región noroccidental de la Península Ibérica. También es característico que las flores no se encuentran solitarias sino en grupos de 3 a 5. Vive en prados, claros de brezal, y en zonas abiertas de bosques de encina, roble, haya o abedul, con preferencia por suelos arenosos, frescos y algo sombríos.






Debido a su belleza han atraído a las personas desde épocas muy antiguas, son muchos los nombres vulgares que reciben dependiendo de cada zona por lo que no los hemos nombrado por su nombre común, como  campanotes, gatamerendas, copas de la virgen, campanitas, y un largo etcétera.
Los narcisos silvestres apenas tienen usos tradicionales en España, salvo por su función ornamental. Se han recogido siempre en campo y se llevan a casa para adornar jarrones o hacer ofrendas en Iglesias. 


Los pastores saben que no los come el ganado, por su toxicidad. Ésta, también para los humanos, varía dependiendo del estado vegetativo de la planta, desde el bulbo hasta la flor. Se han estudiado alcaloides muy tóxicos con efectos paralizantes, purgantes y vomitivos. Se conoce una vieja costumbre romana de recurrir a ellos para suicidarse.


La palabra "Narciso" procede del nombre genérico que eligió Linneo para definir esta familia de plantas que tomó de la mitología griega: Narciso, un joven de gran belleza "hechizado" por su propia imagen a la que admiraba reflejada en el agua. Aún hoy se conserva el término «narcisismo» para definir la excesiva consideración de uno mismo.

Para la identificación de narcisos Ibéricos recomendamos consultar el Cuaderno 301 de la Revista Quercus.

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